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Pravia es un destino donde el pasado y el presente se entrelazan en un abrazo inigualable. Déjate sorprender por un rico patrimonio que no solo cuenta la historia de una villa, sino que también ofrece un festín para los sentidos. Descubre la iglesia prerrománica de Santianes, un monumento que te transportará a los albores del arte religioso en Asturias, y pasea entre los palacios y casonas rurales que salpican el paisaje, cada uno con su propia historia que contar. Las elegantes casonas de indianos, construidas por emigrantes que hicieron fortuna en el Nuevo Mundo, te ofrecen una visión de la opulencia y la nostalgia de tiempos pasados. En el núcleo histórico de la Villa de Pravia, cada calle, cada rincón parece susurrar historias de épocas doradas, y el encanto de la villa te hará sentir como si hubieras sido parte de esta rica historia durante siglos.
En Pravia, la historia se entrelaza con la naturaleza en una armonía perfecta. Los paisajes amables de suaves montañas y amplios valles, surcados por los caudalosos ríos Nalón y Narcea, ofrecen un refugio de belleza natural. Las aguas cristalinas de estos ríos, hogar del majestuoso salmón, riegan las fértiles vegas donde se cultivan las mejores fabas de Asturias. El Mirador de Monteagudo, situado entre Pravia y Somao, te ofrece unas vistas privilegiadas de la desembocadura del Nalón, permitiéndote contemplar el vasto panorama de verdes colinas y el resplandor del río. Al visitar el Mirador de La Peñona, quedarás maravillado con las vistas de las formas del relieve del municipio, y el horizonte marino que se extiende en el fondo, creando un espectáculo natural que parece pintado por la mano de un artista.
El Mirador de El Cueto, accesible a pie siguiendo la Ruta de Los Marineros, te ofrece una perspectiva única sobre la villa de Pravia. Desde este punto elevado, podrás apreciar la majestuosidad del paisaje y la disposición de la villa en un contexto que resalta su belleza y su historia.
En el corazón de la villa, el Parque de Sabino Moutas es un testimonio palpable de la grandeza del siglo XVIII. Fernando Arango Queipo, obispo de Tuy y gran benefactor de Pravia, promovió la construcción de un majestuoso conjunto barroco que transformó la ciudad. El Parque alberga la Colegiata, un templo sobrio por fuera pero impresionante por dentro, con un retablo barroco que es una obra maestra de Manuel Pedrero, un cuadro de la Coronación de la Virgen atribuido a Juan de Juanes, y un órgano barroco que sigue resonando en ocasiones especiales. El Palacio de Moutas, construido para la familia del obispo de Tuy, destaca por su elegancia barroca y su lujosa decoración, con una fachada adornada por columnas toscanas y un balcón que acoge a los visitantes con su encanto atemporal.
Las Casas de los Canónigos, frente a la Colegiata, son un testimonio viviente de la historia y la arquitectura de Pravia. Estas casas fueron construidas en el siglo XVIII para albergar a los capellanes que servían en la Colegiata, y su diseño refleja la importancia y el estatus de su ocupantes. Aunque algunas de las casas han sido reformadas a lo largo de los años para adaptarse a las necesidades modernas, han preservado su esencia original, con sus fachadas de piedra y sus tejados de teja que evocan la elegancia de tiempos pasados. La disposición de las casas, organizadas alrededor de la plaza, contribuye al encanto clásico del entorno, creando una atmósfera que parece haber detenido el tiempo. Al pasear por esta plaza, puedes sentir la historia en el aire, imaginar la vida cotidiana de los capellanes y los residentes de antaño, y apreciar cómo estas estructuras han mantenido su carácter y contribuyen al atractivo histórico de la zona. Las reformas, lejos de diluir su encanto, han sido realizadas con un respeto meticuloso por la historia, permitiendo que la esencia del pasado siga viva en cada rincón.
La Capilla del Valle, situada en el barrio del Güeyu, es un tesoro renacentista que alberga la imagen de la Virgen del Valle, patrona de Pravia. Esta imagen de terracota policromada, atribuida al escultor italiano Juan Bautista Portigiani, es una joya de la escultura religiosa que te conecta con las raíces más profundas de la espiritualidad en Asturias.
Finalmente, la Plaza del Ayuntamiento, núcleo más antiguo de Pravia, te ofrece una visión de la arquitectura señorial de los siglos XVII y XVIII. El edificio neoclásico del Ayuntamiento, construido en el siglo XVIII por el renombrado arquitecto Ventura Rodríguez, refleja el orgullo de una comunidad que, incluso en sus momentos de mayor esplendor, supo honrar su patrimonio con una estructura digna de su historia.
En Pravia, cada rincón, cada vista, cada edificio cuenta una historia. Te invitamos a sumergirte en esta experiencia enriquecedora, donde el pasado y la naturaleza se encuentran en una danza perfecta, creando un destino que te dejará con recuerdos imborrables y una profunda apreciación por la riqueza cultural y natural de este encantador rincón de Asturias.
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